De la idea a la acción.
Las cosas se construyen de adentro hacia afuera. Soy un convencido de que lo interno es base para lo externo: la conversación, la confianza, el valor. Y es en ese sentido que se me ocurre pensar en escribir sobre liderazgo, ideas nuevas y buenas practicas de innovación.
Hace pocos días salí de paseo con mi hijo Lucas, al Valle del Lunarejo, donde una pregunta de Lucas me dio pie a este texto. Es fundamental escuchar a los chicos, verlos y hacer cosas que les dejen una huella. Los invito a leer estas líneas sobre cómo pensamos los equipos de trabajo y las ideas nuevas.


Desde mi experiencia, la implementación de ideas nuevas en las organizaciones, en las empresas y así como con los clientes, son siempre grandes desafíos, donde la creatividad no solo tiene que ver con la idea solamente, si no en cómo se comunica, articula con los intereses comunes e implanta; pero sobre todo qué problema nos resuelve.
Como líder de algunos procesos de gestión del cambio, considero que este tipo de liderazgo, se podría comparar con el rol de un artesano. Hay algo de arte, en cómo se comunica esta idea nueva, cómo se instrumenta. Hay una suerte de diseño en este asunto. Ya sea una propuesta de valor para un cliente externo, un nuevo producto que sale al mercado o proceso de mejora para un equipo de trabajo: la creatividad y la innovación deben ser bien entendidas. No son lo mismo.
Para esta nota en Concepto Trade, se me ocurre contar sensaciones de la experiencia del proceso de transformación digital de Agencia Semark, en la cual seguimos a pleno. Para quienes no la conocen, Semark es una Agencia de Comunicación con foco en las marcas y su visibilidad en los puntos de venta, y básicamente trabajamos en el sector Retail y el consumo masivo.
Cuando en el 2020 asomó la Pandemia en Uruguay, no lo dudé ni un minuto más: era el momento de migrar a ser una empresa más inteligente. Identificamos tres procesos que se hacían y reportaban en Excel y arrancamos con la la nueva idea, transformar, desde y con la gente. Pero antes, desde mi rol, debía ser un buen líder para con mi equipo o el mejor posible (tarea que desafía todos los días), y además de comunicar la idea (tenía que estudiar y saber mejor de qué iba la cosa), sensibilizarme para sensibilizar. Así que definí tomar mucho de mi tiempo libre y dedicarlo a estudiar un Máster de Transformación Digital en Negocios, ideas para identificar y resolver, conocimiento para dar razón y pasión para creer en la implantación.
Tareas cotidianas que se acercaran al diario vivir de la organización, y que ayudarán a mejorar un producto final común.


Así lo veo, siento, pero este singular está en el ADN de un liderazgo plural y colectivo de todo el equipo de la agencia. Una de nuestras misiones es resolver problemas. De los principales desafíos y barreras que me enfrenté casi siempre fue en convencer al equipo. No hay un mejor equipo que el que indaga y pregunta. Esto ayuda a generar un liderazgo circular y una mirada, si se puede, convergente.
El concepto de lo expresó en algunos pensamientos del tipo: “ ¿Para que nos va a servir? ¿Qué valor se suma a mi? ¿Qué valor se suma a mi día a día? Si no lo hago ¿no va a ser igual?
Entonces diría que la adopción cultural y el proceso de sensibilizar a los equipos de trabajo para generar cambios e implementar nuevas ideas es básico y fundamental. Primero la gente, siempre.
Uno de los principales desafíos en cuando se levantan estos “Noes” tácitos es no frustrarse con las barreras y las resistencias (propias y ajenas). Trabajarlas cual artesano moldeando sus curvas como una vasija. Me gusta esa imagen para comunicar cómo lo vivo yo, en lo personal, liderando estas nuevas ideas, sigo la curva de la vasija y uso mis manos para seguirle el juego y buscarle la vuelta. Pero siempre desde el equipo.